Permitidnos una broma esotérica, los destellos del 2017 tendrán una armonía lúdica en su aparición.
Iniciados en agosto, los días 7 y 21, continuarán en los meses siguientes en las mismas fechas. Así jugaremos durante el 2017.
Los ciclos de publicación tienen como base el 7. ¿Por qué? Es una broma, insisto, que propuse a David. Yo le envío a él los destellos que escribo y él hace todo lo demás.
Ambos somos pioneros metastásicos en la lucha contra el paraganglioma en España, y nunca nos vamos a rendir.
Él es joven, con mucha marcha y practica taichí. Yo soy viejo, con mucha cuerda y caminante sin fin. La verdad, nuestra recuperación no es siempre lineal.
Como juncos somos, sobrevivimos a la tormenta, nos doblamos con el huracán hasta besar el suelo sin doblegarnos jamás.
Ambos somos supervivientes que hemos cruzado el abismo insondable. Ambos hemos demostrado tener siete vidas, como dicen que tienen los gatos. Renacemos como el ave fénix.
Ambos vencimos para perder el miedo y hasta que el destino quiera. Nuestro espíritu vital es inmortal porque forma parte del Universo. Somos polvo de las estrellas.
Ambos hemos sido afortunados en el amor, un regazo femenino nos acompaña en nuestros desconsuelos y alborozos.
Ambos nos sentimos afortunados, tenemos una gran riqueza de amigos. Ambos somos elegidos en nuestras familias para desenmascarar el gen.
David nació un 7 del VII y se podría haber llamado Fermín. El siete juega un papel esencial en su vida.
David, un tal David, es la cara más conocida en España de la lucha, superignorada por los médicos, contra Goliat el paraganglioma.
David es un gran payaso y a mí me gustaría ser aprendiz de payaso en las convalecencias infantiles. Para reírnos de nosotros y hacer reír con nosotros.
Mi vida yo la podría contar en ciclos de 7 a 10 años. Estos ciclos marcan la biografía de mi existencia.
Cada septenio, el ser humano inicia una crisis que origina una transformación. Los tres primeros son los del cuerpo hasta alcanzar la madurez física.
Cuando escribo estos destellos he iniciado mi noveno septenio. Soy más espiritual, menos aprensivo y aspiro a disfrutar y aprender día a día.
Me identifico con el significado del número siete: reflexión, aprendizaje, desarrollo interior y espiritualidad.
Para Pitágoras el 7 era el número perfecto. Las referencias bíblicas y antiguas del siete son profusas: la creación, las maravillas, las fases lunares, los pecados capitales, la semana…
Permitidme, porque soy humano, después de cerrar con la magia del 7, desbocar mi Nostalgia en un horizonte marino y emborracharme de bellas emociones.
Dejadme solo frente a la mar,
Que el sol dorado bañe mis pies.
Mi mirada acaricie el horizonte
Y mis ojos acuosos empapen las nubes.
¡Cuántas personalidades con la vida!
Ha tiempo un niño juguetón,
Ayer un lozano barbudo,
Hoy un viejo y maltrecho profesor.
Nostalgia de la vida que vuela,
Emoción que sacude mi ser.
Empapadme de alegría, anhelo,
Emborrachadme de paz y amor.
Carlos Algora