En mi diario guardo destellos de sanación y bebo de ellos cuando estoy sediento.
Alimento mi espíritu vital asediado por la metástasis y mis bajas defensas.
Indago una senda de sanación que marque mi vida y me proyecte a la felicidad que anhelo.
Mis destellos son metas y procesos que vivo con altibajos.
No somos dioses, somos mortales, vulnerables y humanos.
¿Cómo hago visible estos destellos?
– Con pensamientos positivos, siendo el conductor de mi vida. Componiendo el día con optimismo interno desde el corazón y floreciendo la alegría de vivir.
– Con confianza en mi destino.
– Con los cincos sentidos enmarcados en el instante. Busco vivir en el Ahora.
– Con meditaciones que son regalos para mi cuerpo. Cada día es un regalo.
– Con el ejercicio físico regular e interpretando lo que mi cuerpo sabio me dicta.
– Con entusiasmo en mis proyectos y con ilusión en mi proceso de sanación.
– Con agradecimiento por lo mucho que tengo y por todo el amor que recibo.
– Sin identificarme con el dolor ni con sentimientos de autocompasión.
– Si no soy capaz de vencer a mi enemigo, para convivir con él lo abrazo para superarlo.
…
Carlos Algora